Desde incendios forestales hasta un derrame de petróleo de 48 kilómetros de largo, California enfrenta dos crisis ambientales este mes que afectan los ecosistemas, el turismo y las economías locales.
Más recientemente, el incendio de Alisal cerca de Santa Bárbara ha quemado más de 5 mil hectáreas desde el 11 de octubre. Las condiciones secas y los fuertes vientos han alimentado el fuego, dijo el servicio del Bosque Nacional de Los Padres. No se ha determinado el origen del incendio.
Una fuga en un oleoducto frente a la costa de Huntington Beach, reportada el 2 de octubre, derramó alrededor de medio millón de litros de petróleo en el océano Pacífico. Los investigadores dijeron que el derrame pudo haber estado ocurriendo desde hace tiempo. Una investigación está en curso.
“En la última década, hemos visto una frecuencia mucho mayor de megaincendios con llamas de más de 30 metros de altura”, dijo Jessica Morse, subsecretaria de resiliencia de bosques y áreas silvestres de la Agencia de Recursos Naturales de California.
Los megaincendios son los incendios forestales que queman más de 40 mil hectáreas, según el Centro Nacional Interagencial de Bomberos.
“El cambio climático crea crisis cíclicas agravadas que se retroalimentan unas a otras”, dijo Morse.
Al mismo tiempo que los incendios causaban estragos esta semana, el derrame de petróleo en Huntington Beach, asociado a la plataforma petrolera Elly, propiedad de Amplify Energy, se extendió a “más de 48 kilómetros a lo largo de la costa”, según la Oficina de Respuesta y Restauración de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Las estimaciones de la magnitud del derrame de petróleo oscilan entre los 111 mil y los 478 mil litros. La cantidad exacta aún se desconoce, aunque los esfuerzos de limpieza permitieron que la ciudad y las playas públicas de Huntington Beach reabrieran el 11 de octubre.
Con el acceso cerrado durante más de una semana, los vendedores que trabajan a lo largo de la playa sintieron el impacto económico.
Aunque California no tiene un sistema estatal para calcular los costos de los incendios forestales, CalMatters estimó una pérdida sumada de 143.3 millones de dólares en ingresos perdidos para el condado de El Dorado, que se vio afectado por los incendios en la región de Lake Tahoe. En 2018, los incendios forestales costaron al estado un total de 148.5 mil millones de dólares, el 0.7 por ciento del PIB anual de Estados Unidos.
“Hacer que la gente evite un área que depende del turismo, debido a un derrame de petróleo, puede ser muy dañino para la economía de ese lugar”, dijo Ruth Sofield, profesora de toxicología y química ambiental en la Universidad de Western Washington.
Sofield hizo referencia a Luisiana, donde las crisis ambientales han afectado negativamente a la vital industria de los mariscos, como un ejemplo del gran alcance de su impacto.
El derrame masivo de petróleo de la plataforma Deepwater Horizon de BP en el Golfo de México, en 2010, también afectó a Luisiana.
“La industria se vio bastante afectada en parte porque la gente tenía miedo de comer mariscos de Luisiana. Este es el sustento de la gente, y ellos no eligieron que se derramara petróleo sobre los recursos”, dijo Sofield.
“En particular, las pesquerías de ostras en la región del Golfo se ven amenazadas por el cambio ambiental provocado por grandes desviaciones de sedimentos y agua dulce, que llevan a períodos prolongados de baja salinidad y sedimentación; eventos de huracanes, que conducen a niveles dañinos de intrusión de agua salada; y derrames de petróleo, que producen condiciones hipóxicas. Estos eventos son peligros ambientales que representan riesgos para las personas y para la naturaleza”, afirma un estudio de 2019, publicado en la revista Ecology and Society.
Mientras tanto, California tiene la carga de lidiar con los incendios forestales y los derrames de petróleo básicamente al mismo tiempo.
“Las condiciones climáticas más extremas están agravando el daño ecológico, lo cual vuelve al medio más propenso a los incendios. Una cuarta parte de los residentes de California vive en una zona de alto riesgo de incendio”, dijo Morse.
Aunque los incendios forestales tienen el efecto positivo de eliminar la maleza en los bosques y contribuir a la capa superficial del suelo, dijo, “la intensidad y la gravedad de los megaincendios convierten a los bosques en áreas de matorrales y a los matorrales, en pastizales invasores”.
La sequía provocada por el aumento de las temperaturas y por la pérdida de agua ha exacerbado los problemas, lo que conduce a la muerte de árboles, que actúan como combustible, dijo Morse.
La Agencia de Recursos Naturales de California, conjuntamente con otras agencias estatales, está siguiendo lo que Morse describió como un “modelo de resiliencia” de tres frentes para controlar los incendios forestales: intervención para restaurar los regímenes naturales de incendios; brechas de combustible estratégicas para reducir la propagación; y materiales resistentes a la ignición para los hogares.
Citó el éxito de tales estrategias para ayudar a combatir los incendios forestales de esta temporada.
“La creación de una red de brechas de combustible, como el adelgazamiento de la maleza del borde de la carretera, reduce considerablemente la altura de las llamas y su firma térmica. Hace que luchar contra los incendios sea mucho más fácil y seguro”, dijo Morse.
En el caso de los derrames de petróleo, los efectos precisos del cambio climático son menos claros, pero no menos preocupantes, dicen los funcionarios.
“El cambio climático está intrincadamente involucrado en la toxicología ambiental”, dijo Morse. “Si está cambiando el entorno [de una forma de vida], incluso antes de agregar un contaminante, entonces está cambiando la forma en que interactúan con el medio ambiente”.
Morse mencionó que el calentamiento de las temperaturas afecta el metabolismo de los animales, lo cual cambia a su vez la forma en que sus cuerpos interactúan con los contaminantes químicos.
“Si agregas a [un metabolismo] una exposición a una sustancia como el petróleo, una vez que ingresan al organismo, las metabolizan o descomponen más rápidamente. En algunos casos, esto es bueno porque está eliminando los [químicos tóxicos]. Pero la desventaja es que, en el camino, algunos de esos químicos aumentan en toxicidad. Y entonces hay un incremento en los componentes tóxicos dentro de un organismo que puede ocurrir mediante el curso del metabolismo”, dijo Sofield.
También habló de posibles cambios en el pH [acidez] del agua debido al aumento de la radiación ultravioleta.
Un estudio de 2017 publicado por el Centro Nacional de Información Biotecnológica sobre el “Impacto del cambio climático y las tendencias estacionales en el destino de los derrames de petróleo en el Ártico” afirma: “Encontramos diferencias en el resultado ‘típico’ de un derrame en un futuro más cálido en comparación con el presente, principalmente debido a una temporada más larga de aguas abiertas. Hemos demostrado que la capa de hielo es extremadamente importante para predecir el destino de un derrame de petróleo en el Ártico, y descubrimos que los derrames de petróleo en un clima cálido en algunos casos darán como resultado una mayor cobertura de área y exposición de la costa”.
Traducción de Yerem Mújica; editado por Yerem Mújica y Melanie Slone
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